sábado, 27 de enero de 2007

NOS ENGAÑAN Y MANIPULAN. CAUSAS DE GUERRA I


[Viene de Nos engañan y Manipulan. Conspiración]

Las conspiraciones son el pan de cada día en este planeta, y nos han acostumbrado a considerarlo normal y adecuado, para así manipularnos con más facilidad.
La guerra al terrorismo, parece ser la última gran mentira conspirativa y la causa de una guerra inmoral, cuyas terribles consecuencias aún no podemos ni imaginar.
A quienes no duden de la verdad oficial, o sea, que existe una organización terrorista fundamentalista que desea borrar a la cultura occidental del mapa, entonces es necesario que se informen más, que lean entrelíneas, que tengan una actitud crítica frente a la información.
No se trata de creer en la versión oficial o en la versión conspirativa, como si tuviésemos que adscribirnos al dogma de algún bando en disputa. Lo que se trata es de acceder al nivel más cercano posible de la verdad objetiva.
Por eso, antes de hablar de las mentiras actuales, veamos cómo ha sido el actuar del gobierno que ahora nos está llevando a la guerra o, como se dice en derecho, vamos a sopesar la prueba para determinar si ha habido o no una irreprochable conducta anterior.
Recurrimos, entonces, nuevamente a la notable investigación l libro 911, the Ultimate Truth, escrito por Laura Knight-Jadczyk:

"Considere, por ejemplo, el hecho de que al comienzo de los 1960 los Comandantes en Jefe del Estado Mayor de los EEUU diseñaron y aprobaron planes para lanzar una ola terrorista de ataques, secreta y sangrienta en contra de su propio país con el fin de engañar al público americano para que apoyara una guerra demente que tenían la intención de declarar en contra de Cuba.

Con el nombre en código de “Operación Northwoods”, el plan, que contaba con el apoyo escrito del presidente y de cada miembro del Comité de Jefes del Estado Mayor, exigía que se disparara a gente inocente en la calles de los Estados Unidos; que se hundieran barcos en alta mar que
llevaban a refugiados huyendo de Cuba; que agentes del gobierno de los EEUU lanzaran una violenta ola de terrorismo en Washington DC, Miami y en todos lados. Gente inocente sería acusada de atentados que no habían cometido; por aviones que no habían secuestrado. Haciendo uso de pruebas falsas, se acusaría a Castro de todo eso, dando así la excusa necesaria a esa pequeña cabala militar, y al apoyo público e internacional, para provocar su guerra.

Se debe resaltar en especial que el plan fue desarrollado y aprobado *sin* que el Presidente Kennedy lo supiera. Tan sólo este hecho le da a los lectores una visión de la posibilidad diferente de que la verdadera fuente del poder político y militar en los EEUU no esté necesariamente en manos del Presidente ni de la rama ejecutiva, como la mayoría de los ciudadanos han sido llevados a creer, lo que luego da por sentada la pregunta: ¿quién está en control de los EEUU, y alguien sabe quién es esa gente y cuál es su agenda?

Si bien la Operación Northwoods no llegó a implementarse, gobiernos previos y posteriores de los EEUU tramaron varios otros esquemas igualmente diabólicos que exigieron el sacrificio de las vidas de ciudadanos estadounidenses, y a diferencia de la Operación Northwoods, estos esquemas sí fueron llevados a cabo hasta su conclusión brutal. Necesitamos mencionar el ataque a Pearl Harbor, en donde documentos históricos hoy demuestran sin lugar a duda que no sólo se previno al gobierno de Roosevelt de los planes de ataque japoneses, sino que en realidad éste provocó y sedujo a la marina japonesa para que atacara a los blancos fáciles en Pearl Harbor. El objetivo de Roosevelt, por supuesto, era el de fomentar una indignación pública suficiente como
para facilitar la entrada de los EEUU en la Segunda Guerra Mundial. (Dados sus acuerdos mutuos de defensa, la guerra contra el Japón significaba automáticamente la guerra contra Alemania). Pruebas sorprendentes de documentos del gobierno muestran claramente que Franklin Delano Roosevelt poseía un conocimiento avanzado sobre el ataque japonés y que permitió que sucediera para poder arrastrar a los EEUU a la guerra. [1] <#_ftn1> La vida de más de 2.400 ciudadanos estadounidenses fue sacrificada por las ansias de poder de unos pocos.

Se debería señalar que Roosevelt actuó bajo una presión sionista muy fuerte. Estadounidenses patrióticos, tales como Charles Lindberg, notaron esto e intentaron advertir a los estadounidenses de que la influencia sionista en los medios de comunicación estaba intentando conducirnos hacia otra Guerra Mundial. Lindberg dijo:

No estoy atacando al pueblo judío. Pero estoy diciendo que tanto los líderes británicos como las razas judías desean involucrarnos en la guerra, por razones que son tan entendibles desde su punto de vista como desaconsejables desde el nuestro; por razones que no son estadounidenses./[2] <#_ftn2>

Para aquellos que todavía estén abrigando algunas dudas sobre la predisposición de cualquier gobierno, en especial el de los Estados Unidos, para sacrificar a sus ciudadanos por “un bien mayor” (y no vayamos a olvidar nunca que en sus mentes, siempre es por “un bien mayor” que creen que nosotros, los más fáciles de engañar, seríamos incapaces de comprender), sugerimos observar cuidadosamente los acontecimientos alrededor del hundimiento del USS Maine, al hundimiento del Lusitania y al incidente del Golfo de Tonkin. Estos son pruebas más claras de que mantener cualquier tipo de ilusión sobre lo que nuestros oficiales de gobierno serían capaces o no de hacer no sólo es algo imprudente, sino que también amenaza a nuestras vidas.
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[1] <#_ftnref1> Robert Stinnett,/ Day of Deceit. //(Día de engaño)/

[2] <#_ftnref2> Discurso de Charles Lindbergh en Iowa. 11 de Septiembre
del 1941.

Para hacer más fácil la lectura, abordaremos esos otros acontecimientos, constitutivos de casus belli, en la siguiente entrada.

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