miércoles, 24 de enero de 2007

NOS ENGAÑAN Y MANIPULAN. CONSPIRACIÓN


Si hay algo que me indigna, es darme cuenta de que estado siendo engañado. Y si hay algo que me indigna más, es que yo he permitido el engaño, ya que -aunque la información de la verdad era accesible- yo había preferido no saber y seguir mi vida de cordero.

Para hablar de los engaños, las farsas, las estafas y las mentiras, podriamos empezar desde cualquier punto del espacio-tiempo, pero si podemos estratificar las mentiras, seguramente están en la despreciable cúspide aquellas que buscan llevar al planeta "a la fase final de un plan diabólico que ha estado muchos, muchos años fabricándose. Es un plan desarrollado y consolidado por generaciones sucesivas de individuos despiadados que explotan implacablemente los aspectos negativos de la naturaleza humana, para mantener a la humanidad en guerras sin fin y en sufrimiento para mantenernos confusos y distraídos a la realidad del hombre detrás de la cortina", tal como se comenta sobre el libro 911, the Ultimate Truth, escrito por Laura Knight-Jadczyk, que nos adentra al oscuro mundo de las conspiraciones, desde la perspectiva del ataque a las Torres Gemelas. Conspiraciones que, lejos de lo que nos querido hacer creer, son el pan de cada día de la política mundial.

Introduzcámonos entonces al terrible mundo de mentiras en que vivimos con las palabras de Richard M. Dolan, citadas y traducidas en el artículo "Comentarios sobre el ataque al Pentágono", en base al mismo libro antes mencionado:


La sola etiqueta (conspiración) sirve como un rechazo automático, como si nadie actuara en secreto. Permitámonos poner cierta perspectiva y sentido común a este tema.

Los Estados Unidos está constituido por grandes organizaciones (corporaciones, “grupos de interés”, y otros) los cuales son conspiradores por naturaleza. Esto es, que son jerárquicos, sus decisiones importantes son tomadas en secreto por unos pocos responsables clave, y no les importa mentir sobre sus actividades. Tal es la naturaleza del comportamiento organizacional. “Conspiración”, es este sentido clave, es una forma de vida alrededor del globo.

Dentro del mundo militar y de los aparatos de inteligencia, esta tendencia es agrandada a su máximo extremo. Durante los 1940s (...) los militares y científicos desarrollaron las armas más poderosas del mundo en completo secreto... (...)

Cualquiera que haya vivido en una sociedad represiva sabe que la manipulación oficial de la verdad ocurre diariamente. Pero las sociedades tienen sus muchos y sus pocos. En todo tiempo y todo lugar, son los pocos los que rigen, y los pocos quienes ejercen su influencia dominante sobre lo que llamamos cultura oficial. Todas las élites se preocupan por manipular la información pública para mantener las estructuras de poder existentes. Es un viejo juego.

Estados Unidos deAmérica es nominalmente una república y una sociedad libre, vagamente conciente de su propia opresión, dentro y fuera. He usado el término “estado de seguridad nacional” para describir sus estructuras de poder. Es una forma conveniente para englobar a los militares y a las comunidades de inteligencia, así como al mundo que se alimenta de ellos, como los contratistas de defensa y otros entes nebulosos y subterráneos. Sus rasgos fundamentales son el secreto, abundancia, independencia, poder, y duplicidad.

Prácticamente todo lo importante emprendido por las comunidades norteamericanas de inteligencia y militares en la pasada mitad del siglo, ha ocurrido en secreto. La iniciativa de construir un arma atómica, mejor conocida como el Proyecto Manhattan, permanece como el gran modelo de todas las actividades siguientes. Por más de dos años, ni siquiera un solo miembro del Congreso supo de él, aún cuando su costo final excedió la entonces increíble suma de dos mil millones de dólares.

Durante y tras la Segunda Guerra Mundial, otros importantes proyectos como el desarrollo de armas biológicas, la importación de científicos nazis, experimentos terminales de control mental, intercepción nacional del correo y transmisiones por cable de una población involuntaria, infiltración en los medios de comunicación y universidades, golpes de estado secretos, guerras secretas, y asesinatos, todo tuvo lugar alejado no sólo del público americano, sino de la mayoría del Congreso y unos pocos presidentes. De hecho, varias de las agencias de inteligencia más poderosas fueron establecidas en secreto, desconocidas por el público o el Congreso por muchos años.

Desde los 40, el aparato de defensa e inteligencia de EE.UU. ha tenido más dinero a su disposición que la mayoría de las naciones. Además de los dólares oficiales, mucho del dinero es indocumentado. Desde sus inicios, la CIA se asoció en una variedad de “negocios” no registrados que generaron grandes sumas de efectivo. Las conexiones de la CIA con el crimen organizado global (y de hecho con el comercio internacional de narcóticos) han sido establecidas y documentadas por muchos años. Mucho del dinero original dado para funcionar a la comunidad norteamericana de inteligencia vino de familias americanas muy ricas y establecidas, las que han mantenido permanentemente interés en el financiamiento de las operaciones de la seguridad nacional importantes para sus intereses.

En teoría, la supervisión civil existe sobre el aparato de seguridad nacional de los EE.UU. El presidente es el comandante en jefe militar. El Congreso tiene supervisión oficial sobre la CIA. El FBI debe reportar al Departamento de Justicia. En la práctica, poco de esto se aplica. Una razón tiene que ver con el secreto. (...)

Un ejemplo escalofriante de tal independencia ocurrió durante los años 50, cuando el presidente Eisenhower efectivamente perdió el control del arsenal nuclear de los EE.UU. La situación se deterioró tanto que durante sus últimos dos años en la oficina, Eisenhower pidió en varias ocasiones una audiencia con el jefe del comando aéreo estratégico para saber cuál era el plan de retribución nuclear de Estados Unidos de América. Lo que finalmente supo en 1960, su último año en la oficina, lo horrorizó: la mitad del hemisferio norte sería borrada.

Si un reverenciado héroe militar como Eisenhower no pudo controlar el arsenal nuclear de Estados Unidos, ni recibir una respuesta clara del Pentágono, ¿qué podrían hacer los presidentes Truman, Kennedy, Johnson o Nixon hacer en situaciones similares?

El secreto, la abundancia y la independencia se suman al poder. Con los años, el estado de la seguridad nacional ha accedido a las más sofisticada tecnología aislada por millones de acres de tierra sin acceso o escrutinio público, a una capacidad ilimitada para fisgonear dentro de las fronteras de los EE.UU. y fuera de ellas, conducido acciones abiertas o clandestinas contra otras naciones, y seguido guerras sin un escrutinio serio de los medios. Nacionalmente, mantiene influencias sobre funcionarios elegidos y comunidades que esperan algunos de los miles de millones de dólares de la defensa (incluyendo científicos, universidades, etc).

El engaño es el elemento clave en la guerra, y cuando ganar es todo lo que importa, la moralidad convencional mantenida por las personas comunes se convierte en un impedimento. (...)

El secretismo proviene de un elemento penetrante y fundamental de la vida en nuestro mundo, que aquéllos en la punta del montón siempre tomarán las medidas que sean necesarias para mantener el status quo.

Los escépticos a menudo preguntan “¿Realmente crees que podrían esconder (cualquier cosa) por tanto tiempo?”. La pregunta en sí refleja la ignorancia de que el secretismo es una forma de vida en el Estado de Seguridad Nacional. Sin embargo, la
respuesta es sí, y no.

Sí, en el sentido de que los encubrimientos son procedimientos operativos estandarizados, frecuentemente desconocidos por el público por décadas. Pero también no, en que ... la información ha sido filtrada desde el principio. Es imposible cerrar completamente la tapa. La clave consiste en neutralizar y desacreditar la información molesta, a veces a través de la negación oficial, otras a través de enlaces en los medios de comunicación.

La evidencia (de una conspiración) sacada a nivel de filtraciones, con poca probabilidad sobrevivirán a su conflicto inevitable con la cultura oficial. Y el reconocimiento sobre la realidad (de la conspiración) sólo ocurrirá cuando la cultura oficial juzgue que valga la pena o sea necesario hacerlo. (No contenga su aliento).

Este es un fenómeno extendido que afecta a muchas personas, generando altos niveles de interés, ocurriendo en casi completo secreto, para objetivos desconocidos, por agencias desconocidas, con acceso a increíbles recursos y tecnología. Hace pensar y causa reflexión.


[Richard M. Dolan estudió en las Universidades de Alfred y Oxford antes de completar su trabajo de graduación en Historia en la Universidad de Rochester, donde fue finalista para una beca Rhodes. Dolan estudió la estrategia de EE.UU. en la guerra fría, historia y cultura soviética, y diplomacia internacional. Escribió sobre “conspiración” en los siguientes términos ]

¿Les comenzó a indignar el hecho de que siempre somos engañados?, entonces manténganse en esta sintonía, ya que ahondaremos en éste y otro tipos de engaños, y también hablaremos de cómo hemos sido -en consecuencia- manipulados.

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