jueves, 1 de febrero de 2007

NOS ENGAÑAN Y MANIPULAN. CAUSAS DE GUERRA IV


[Viene de: Conspiración - Causas de Guerra I - Causas de Guerra II - Causas de Guerra III ]

Si usted, amable lector, pensaba que las causas bélicas autoprovocadas intencionalmente, se terminaron con la entrada de EEUU a la segunda Guerra Mundial "gracias" al ataque a Pearl Harbor, está muy equivocado. De hecho, no abordaremos varios conflictos en que EEUU estuvo involucrado. Pero hoy recordaremos una masacre que puede tener algunas similitudes con la de Irak, esto es la guerra en Vietnam.

Si alguien le pregunta a usted porqué entró EEUU a esa guerra y qué ganaba estratégicamente, probablemente no lo sepa explicar. No se preocupe, esa dificultad no se debe a que usted no había nacido en esa época o porque haya sido un niño que disfrutaba sólo de jugar. La verdad es que, ni los soldados norteamericanos ni los vietnamitas que pelearon en ella, entendían porqué estaban ahí o recordaban cómo había empezado todo ese desastre.

La verdad es que a los gobiernos patocráticos, poco les importa una causa real y justificada (si es que existe alguna) para ir a una guerra. Pero esa es harina de otro costal, del cual hablaremos pronto.


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Ahora hagamos lo que a esa gente no le gusta, recordemos e indagemos en la verdad. He encontrado un buen ayuda memoria en un artículo del periódico El Mundo sobre el supuesto ataque vietnamita en el golfo de Tonkin a naves norteamericanas y que motivo la carta blanca del Congreso de EEUU para Lyndon B. Johnson a actuar en contra de la República Democrática de Vietnam:
GOLFO DE TONKIN: EL ATAQUE QUE
NUNCA EXISTIÓ

+ La Casa Blanca aseguró que se lanzaron 43 torpedos contra dos barcos norteamericanos en 1964
+ Johnson ocultó que EEUU ordenó operaciones secretas con intenciones de provocación
+ Un misterioso incidente fue utilizado para que EEUU entrara en guerra con Vietnam

PETER LENNON - The Guardian/EL MUNDO

La escena tiene un extraño aire de actualidad. El presidente de Estados Unidos sale por televisión e informa a la nación de que, «en prevención de nuevas agresiones», debe decidir el bombardeo de los depósitos de petróleo y de las instalaciones militares de un país extranjero. Sólo que esto ocurría en agosto de 1964 y, mientras hablaba el presidente Lyndon Johnson, los aviones norteamericanos ya estaban bombardeando Vietnam del Norte, como consecuencia de «una agresión no provocada» de los norvietnamitas a dos destructores norteamericanos en el golfo de Tonkin.

Los brujos de la Casa Blanca, en un estilo que resulta muy familiar […] pusieron en circulación noticias de una agresión contra el Maddox, un barco de vigilancia electrónica, el 2 de agosto, sin que mediara provocación, y dos días después denunciaron un ataque al amparo de la profunda oscuridad de una borrasca, en el que se lanzaron 43 torpedos enemigos contra el Maddox y contra el Joy Turner [ambos son naves destructores de la Armada].

Pocos pusieron en duda la historia. El Congreso iba a entregar poco después a Johnson prácticamente todo el poder que necesitaba para ir a la guerra. Sin embargo, la Biblioteca LBJ (Lindon B. Johnson) ha hecho públicas recientemente transcripciones de las grabaciones de conversaciones telefónicas entre Johnson y su secretario de Defensa, Robert McNamara. En ellas, se ve que Johnson y su Gobierno engañaron deliberadamente al Congreso, al ocultar que Estados Unidos ordenó operaciones secretas con intenciones de provocación en el golfo.

LA VERDAD

Mientras queda claro que Estados Unidos provocó un ataque el 2 de agosto, las cintas despiertan serias dudas de que hubiera ataque alguno contra el Maddox el 4 de agosto. El analista jefe de la sección de radar de la CIA, Gene Poteat, asegura que le encargaron que evaluara los informes del radar que, procedentes de los destructores, confirmaban el ataque, al tiempo que los medios de comunicación aguardaban esa noche la intervención televisada del presidente Johnson para anunciar el bombardeo de Vietnam del Norte.

Declaró que era imposible llegar a una conclusión a partir del material fragmentario que le habían dado. Pero Poteat aseguró a The Guardian esta semana [abril de 1999] que obtuvo el material con posterioridad por medio de contactos privados. Su conclusión es que, posiblemente, no se había producido ningún lanzamiento de torpedos contra los destructores. «Varios meses después, fuentes no oficiales me ayudaron a obtener información meteorológica y de radar sobre lo que de verdad vieron los operadores del radar aquella noche. Caí en la cuenta de que quizás no hubiera por allí ninguna lancha torpedera, simplemente porque el tiempo era atroz».

«Por lo que se refiere a las señales registradas por los radares, me di cuenta de que ninguna de ellas estaba en la formación que correspondería si fueran a lanzar un ataque por aquella zona. La conclusión a la que llegué era que, en modo alguno, resultaba posible que los destructores constituyeran un objetivo, en absoluto. Más aún, los ecos del sonar no son válidos en esa clase de condiciones meteorológicas», añade.

Sus averiguaciones se ven respaldadas por un cablegrama del comandante del Maddox, del 4 de agosto, que McNamara vio. El mensaje arrojaba dudas sobre el lanzamiento de torpedos y decía: «Es posible que en muchos de los informes se hayan considerado efectos anormales de las condiciones meteorológicas sobre el radar y exceso de celo de los encargados del sonar, sin posibilidad de observación visual desde el Maddox. Se sugiere una evaluación a fondo antes de proceder a ninguna otra acción».

Pero Johnson ya había apalabrado su comparecencia televisiva. John Bayley, el oficial de comunicaciones del Maddox, tampoco estaba convencido de que estuvieran bajo fuego. «Vi los diarios de a bordo, que decían que había en el agua 43 torpedos. Pero no vi prueba alguna de un ataque", declaró esta semana. «Es bastante obvio -dijo Poteat- que el presidente y McNamara ya habían tomado la decisión de lo que iban a hacer. Querían ir a la guerra. Me quedé de piedra cuando leí el periódico al día siguiente y los ataques aéreos ya habían comenzado. En mi opinión, no hay nada malo en confirmar los datos antes de actuar. Habría sido fácil determinar de manera rotunda si se trataba o no de un ataque en serio, y hacerlo con bastante rapidez». […]

«TENÍAMOS QUE RESPONDER»

Robert McNamara se mostró encantado […] de hablar del tema del golfo de Tonkin. Pero el encuentro se vino abajo en cuanto se le insistió sobre el punto de la entrada en guerra con los indicios de un ataque que no existió. «El Maddox no participaba en una misión de apoyo de operaciones secretas. No creo que ellos pensaran de que iban a ser atacados por el destructor». ¿Por qué atacaron el destructor? «Buena pregunta, y la respuesta en aquel momento era que creíamos que era un paso para intensificar el conflicto entre Vietnam del Norte y EEUU». «Llegamos a la conclusión de que lo probable era que el ataque hubiera ocurrido, y así se lo comunicamos al presidente».
[…]



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