domingo, 6 de mayo de 2007

El GOLPE DE ESTADO CONTRA JFK. UNA MIRADA A SU HERMANO Y OTRA A SU CHOFER

A 43 años del asesinato del Presidente estadunidence John F. Kennedy, no acabamos de conocer ni siquiera un pequeño porcentaje de la verdad. Pero cada vez está más claro que la “verdad oficial” se cae a pedazos, tal como se está cayendo a pedazos la “verdad oficial” sobre los atentados del 11 de septiembre en EE.UU.

Y cada vez aparece con mayor claridad que detrás de ambos hechos hay una relación escalofriantemente similar de complot y secretismo dentro del propio poder norteamericano. Y que el mismo poder que se vió amenazado con JFK –el cual aparentemente va más allá del mero poder institucional-, es el que ordenó perpetrar el magnicidio, para así tener la libertad de configurar una realidad que esté de acuerdo a su mentalidad patológicamente dañada, acometiendo para ello en contra de las personas con conciencia moral. Lamentablemente los hechos nos demuestran que están logrando sus objetivos.

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La única esperanza es que siempre habrán personas dispuestas a sacar la verdad a la luz. Y mientras más verdad haya y más personas estén dispuestas a buscarla, más protección habrá en contra de los nefastos fines de la patocracia, expresa o encubierta.

Es así como está próximamente a ser publicado un libro del periodita David Talbot, llamado “Hermanos: La historia oculta de la era Kennedy” (“Brothers.The hidden history of the Kennedy years”. Editorial Free Press). Nos informan sobre el contenido de este libro lo siguiente:

La Tercera
05-05-2007
… el reconocido periodista David Talbot, asegura que el hermano menor de JFK pretendía reabrir el caso si es que ganaba las elecciones presidenciales de 1968. Quizás por ello ya había confiscado la evidencia de la autopsia de su hermano, incluyendo el cerebro de éste.

El hermano menor del Presidente norteamericano John F. Kennedy, Robert, nunca creyó en las conclusiones de la Comisión Warren, según la cual Lee Harvey Oswald fue el único responsible del asesinato del inquilino de la Casa Blanca el 22 de noviembre de 1963 en Dallas. Para “Bobby” , entonces fiscal general de EE.UU., su hermano habría sido casi con seguridad víctima de un complot de la CIA y la mafia, Así lo asegura el libro que llegará la próxima semana a las librerías estadounidenses y que actualmente está a la venta en Amazon.com, el cual revela los esfuerzos secretos de Robert para exponer este esquema.

Basado en numerosos documentos recientemente desclasificados por el gobierno y más de 150 entrevistas exclusivas con autoridades de la administración Kennedy, amigos cercanos y miembros de la familia, el reconocido periodista norteamericano David Talbot afirma en “Hermanos: La historia oculta de la era Kennedy” que “Bobby” rechazó desde un principio la tesis de que su hermano había sido víctima de un complot comunista. Por ello, asegura el texto, planeó reabrir el caso si él hubiera vivido y sido elegido Presidente en 1968. Robert Kennedy fue víctima de un atentado el 5 de junio de ese año en Los Ángeles y murió al día siguiente.

Incluso, señala el libro, el mismo día del asesinato de su hermano, “Bobby” llamó a un alto funcionario de la CIA para confrontarlo. Poco después convocó al propio director de la institución, John McCone, para interrogarlo.

“Robert Kennedy fue el primer teórico sobre la conspiración en el asesinato” de su hermano, escribe Talbot. “La CIA y el FBI estaban tratando de perfilar a Oswald como un comunista. Bobby rechazó eso inmediatamente”, agrega el autor del libro. El hermano menor del asesinado mandatario se enfocó en las operaciones anticastristas secretas de la CIA. Inmediatamente sospechó de la red de espías, mafiosos y militantes cubanos de Miami. La misma tarde de la muerte de JFK, “Bobby” llamó a Enrique “Harry” Ruiz-Williams, un veterano de Bahía de Cochinos y quien era uno de sus más confiables aliados entre los líderes políticos exiliados por el régimen de Fidel Castro. “Uno de tus chicos lo hizo”, le dijo Robert Kennedy.

Talbot cree que estaba en el camino correcto, ello amparado en recientes revelaciones sobre el caso de Kennedy. Como la cinta dejada por el legendario espía E. Howard Hunt antes de su muerte en enero. En ella especula que la CIA pudo haber estado involucrada en la muerte de JFK. Hunt asegura que en 1963 lo invitaron a una reunión de la CIA en una casa de seguridad en Miami donde se discutió un plan de asesinato.

Emisario a Moscú

Una semana después de la muerte de JFK, “Bobby” y la viuda de su hermano, Jacqueline Kennedy –quien compartía sus dudas sobre lo ocurrido en Dallas- enviaron un mensaje secreto a Moscú, a través de un emisario confiable de la familia. William Walton, un corresponsal de guerra de la revista Time, se reunió con el agente soviético Georgi Bolshakov. Según el libro, Walton le dijo a Bolshakov que los Kennedy creían que Oswald era parte de una conspiración. El emisario de “Bobby” le aseguró al agente soviético que el clan norteamericano no pensaba que Moscú o La Habana estuvieran detrás del asesinato.

Siguiendo sus sospechas, Robert Kennedy, además de confiscar la evidencia de la autopsia de su hermano, incluyendo el cerebro de JFK, visitó ciudad de México en 1964, en busca de información de Oswald, quien había estado allá.

Asimismo, la obra de Talbot sostiene que Robert Kennedy entendía que Jack Ruby, el asesino de Oswald, era un “mensajero” de la mafia, pagado por asociados del líder camionero Jimmy Hoffa.

Y así como Robert Kennedy fue uno de los primeros que quisieron exponer el complot en la muerte de JFK, actualmente también hay quienes trabajan con esa meta. Es por eso que la publicación de este libro es una buena oportunidad para hacernos eco del documental “El asesinato de John F. Kennedy: El golpe de Estado encubierto”, editado por quienes participan en el Proyecto Matriz.
En este documental se presentan imágenes del asesinato de JFK, las cuales develarían que quien le dio el tiro de gracia que terminó por matarlo, fue –asombrósamente- el propio chofer de la limusina, el agente William Geer.

Las imágenes liberadas a la opinión pública, son muy convincentes, pero es mejor que usted se haga sus propias conclusiones al verlas. De ser cierto, ello involucraría a la propia escolta del Presidente Kennedy y, por lo tanto, comprobaría que la conspiración para asesinarlo fue llevada a cabo por la CIA.

Surgen muchas teorías de por qué la CIA se involucraría en una magnicidio, y el documental parece ir por un buen camino en intentar resolver esa interrogante, al plantear que JFK tenía serias intenciones de desnudar la conspiración de un poder en las sombras, no sólo en EE.UU. si no que en todo el mundo.

Si ponemos atención a las propias palabras de Kennnedy, esgrimidas en sus discursos, es posible comprobar su preocupación por una situación de amenaza a la humanidad, por parte de la acción solapada de unos pocos –que ahora sabemos que son psicópatas encubiertos que se han hecho del poder.

Al tener como antecedente lo que se da a conocer en el documental, en torno a que el asesino de Oswald, Jack Ruby, –en palabras de sus amigos- se había vuelto psicótico y hablaba de un gobierno mundial que lo insitaba; es imposible no relacionarlo con los métodos de control mental para la creación de distinto tipos de mentalidades “antisociales”, como publiqué en Paraíso Desahuciado, a partir del caso del tirador de la Universidad Virginia Tech (Ver Artículo).

Cuando vemos los hechos acaecidos actualmente, con ataques de una falsa Al-qaeda, con una falsa guerra contra un falso terrorismo musulmán coludido, con las consecuentes restricciones y violaciones a los derechos y libertades de las personas; podemos observar tristemente que las palabras de John F. Kennedy son un trágico testamento político:

“El poderoso despacho del Presidente ha sido utilizado para fomentar una conspiración para destruir la libertad de los estadunidenses, y antes de que abandone la presidencia debo informar a los ciudadanos sobre su destino” (John F. Kennedy, 1963)

“La misma palabra ‘secreto’ es repugnante en una sociedad libre y abierta, y nosotros somos, como personas, intrínsicamente o históricamente opuestos a las sociedades secretas a los juramentos secretos y a los procedimientos secretos.

“Decidimos hace tiempo que los peligros de la ocultación excesiva e injustificable de hechos pertinentes, sobrepasan por lejos los peligros que se citan para justificar la ocultación.

"Incluso hoy, existe poco valor para oponerse a la amenza de una sociedad cerrada al imitar sus restricciones arbitrarias.

“Incluso hoy, existe poco valor para segurar la supervivencia de nuestra nación, si nuestras tradiciones no sobreviven con ella, y existe el gran y grave peligro de que una proclamada necesidad de aumentar la seguridad, sea arrebatada y utilizada por aquellos ansiosos e impacientes por expandir sus intenciones a los mismos límites de la censura y ocultación oficiales.

“A lo que yo me propongo impedir, hasta el punto que esté en mi control. Y ningún funcionario de mi administración, ya sea de rango elevado o bajo, civil o militar, debe interpretar mis palabras aquí esta noche, como una excusa para censurar las noticias, para sofocar el disentimiento, para encubrir nuestros errores, o para retener de la prensa y del público, los hechos que ellos merecen saber.

“Tenemos la oposición alrededor del mundo de una conspiración monolítica y despiadada, que confía sobre todo en los medios secretos para extender su esfera de influencia, a través de la infiltración, en lugar de la invasión, a través de la subersión, en lugar de elecciones, con intimidación, en vez de opción libre, con guerrillas por la noche, en lugar de ejércitos de día.

“Es un sistema que ha reclutado extensos recursos humanos y materiales en la construcción de un tejido hermético, una máquina altamente eficiente, que combia operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas.

“Sus preparativos son encubiertos, no publicados. Sus errores se entierran, no se anuncian con titulares. Sus disidentes son silenciados, no elogiados. Ningún gasto se cuestiona, ningún rumor se imprime, ningún secreto es revelado.”

(“El presidente y la prensa”, discurso de Kennedy ante la “American Newspapers Publishers Association”. Nueva York, 27 de abril de 1961)

Gracias a un comentario anónimo en otro blog, he recordado un excelente artículo que nos podría ayudar a comprender a qué se refería JFK. El artículo se denomina "La Hermandad de la Campana", en alusión a la película "The brotherhood of the bell". Si usted, estimado lector, desea acercarse a vislumbrar quién está manejando los hilos del mundo, sería bueno que se aproxime a leer dicho artículo. Con ello, probablemente nos estemos acercando un poco más, para desentrañar quienes controlan nuestro presente, nuestro pasado y nuestro futuro.

Y aquí les presento el documental: "El asesinato de Kennedy: el golpe de Estado encubierto"

57 minutos, 11 segundos

1 comentario:

Tania Busch dijo...

No se que me pasa con las verdades oficiales que siempre me suenan a mentiras oficiales